domingo, 6 de enero de 2013

pausa para cocinar dudas, vuelta y vuelta.


Me vacunaron contra ciertas emociones,
superé hostias y resacas
y aprendí que el que no sufre, machacha;
que el que no apuesta, no gana.

Colgada de esas manos, hice paracaidismo.
Caí arañandole las mejillas
se quedó la pena de puntillas
y yo, jugando con mis abismos.

Pero hoy,
hoy apuesto por una boca,
por sus hoyuelos y mordiscos,
una risa que coloca
y ojos a ratos ariscos.

No sé cómo coño lo hace,
pero espero que
no
deje
de
hacerlo
nunca.
Alcanzamos la tregua, las paces,
hasta los escalofríos en la nuca

Después de mil pasos a ciegas,
después de emociones que niegas,
llegué a un acuerdo con la inercia.
Alcanzamos la tregua, la mezcla.

Quiero decir, mezclamos su bordería
y mis "hoy no me apetece hablarte"
y de ahí salió algo que sorprendía:
un "sé
que
ya
no
quieres
marcharte".




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