domingo, 25 de marzo de 2018

Tiempo

El otro día vi un desmayo en el metro,
y aunque lo diagnosticaron de infarto,
yo diría que la culpa es del tiempo,
- esa enfermedad del trueque
de las horas por los billetes-.

Ahora estoy sentada en el vagón,
mirando a los presos de las pantallas,
un valiente leyendo un libro
y 9 de cada 10 caras cansadas.
Mientras yo pensaba,

lo que molaría saber como congelar Madrid,
por un ratito al menos,
para robarle la prisa a febrero,
las corbatas a los del maletín
y las agujas a los relojes.

Puede que en otro país,
más lento y menos ciego,
el tiempo ya no se llame tiempo,
que lo hayan apodado vida
y que sea obligatorio aprender
lo que dura una buena risa.

Porque querida vida,
a veces pienso,
que aquí en Madrid,
hace frío y tiempo,
que no nos vemos.

domingo, 4 de marzo de 2018

Somos recuerdos con aires de vida nueva.



Te recuerdo a los quince
con los destellos de una infancia
entre pasillos de hospitales,
donde descubriste tu vocación
y comenzaste a escalar peldaños.

Te recuerdo a los dieciséis,
con una maraña de canciones de Pereza en el pelo,
las manos teñidas de pintura
y la sonrisa entre las nubes.

Te recuerdo a los diecisiete,
siempre con un par de libros a la espalda,
con una incertidumbre incipiente por el futuro
pero con unas cuantas cervezas de más
sobre la mesa.

Te recuerdo a los dieciocho,
y al mundo contento porque, joder,
eras tú quién iba a comérselo,
y no ibas a dejar ni un solo pedazo.

Te recuerdo a los diecinueve,
enseñándome la injusticia más allá de las fronteras,
paseando entre los paisajes de África
y con la solidaridad por bandera.

Te recuerdo a los veinte:
preciosa, feliz e inocente, como siempre;
mujer, incombustible y luchadora, como nunca.

Te recuerdo a los veintiuno,
como un verso que acabas de entonar
y que aún está en alguna calle de Malasaña
en busca de la siguiente estrofa.

Hoy te veo con veintidós,
y entiendo por qué nos decían eso de piel de huracán:
la mariposa debió batir sus alas hace tiempo,
pero nosotras no hemos dejado de girar.

Estrechamos lazos,
nuestras sonrisas se vuelven a encontrar
y te doy un abrazo:
aquí estamos, con una vela de más
y brindando por nuestra amistad.

Te imagino con treinta,
en cualquier parte del mundo.

Te imagino con cuarenta,
llegando a ser pionera
en alguna investigación médica.

Te imagino con cincuenta,
con esas pequeñas arrugas
símbolo de la felicidad
que impregnas.

Y también te imagino con sesenta
con varios cuadros pintados por ti
en una habitación con olor a la vida plena
que siempre quisiste.

Te recuerdo y te imagino,
pero siempre,
al otro lado,
estoy yo contigo.

Felicidades,

M.

sábado, 24 de febrero de 2018

Nadie

El consumismo,
las tonterías vitales,
la publicidad y las señales.
Los anuncios de coches,
los créditos trampa,
las cookies, las redes sociales,
la manipulación mediática,
que si todos al puente,
tú también saltas.

Y yo hoy que me pongo
entre cínica y hipócrita,
aunque más bien callo
entre perdida y cabreada.

Entre la fragilidad del sinsentido
y la teoría cuántica del tiempo
que Nadie entiende
que a Nadie gusta,
y Nadie dice
que en verdad le asusta.

Nadie tiene miedo
pero Nadie te lo cuenta.
Quiere que hoy no te mientan,
que te salgas de la rueda
 que tuerzas el molde
y las lineas paralelas.

Nadie se ha dado cuenta
que Comodidad y Facilidad
son dos señoras
que se llevan mal
con la pequeña Libertad.