martes, 22 de enero de 2013

Amargo

Mis labios de un rato,
saben a promesas a plazos
y hundirán el barco,
antes de esperar a la tormenta.
Mis sonrisas firmarán,
cheques sin fondo.
Fondos que tocaron
más de una vez,
cuando era inocentes
y soñaban rimando.

Tú te empeñarás en llenar
la rueda de parches,
aun sabiendo que,
terminará por pinchar.
Porque en verdad,
nos gusta vivir,
a velocidad de caída..
LIBRES, dilo.

Los daños colaterales,
y el cigarro con el que me hablas
en silencio de distancias.
¿Para qué nos sirve el dolor?
- te pregunto rimando.



sábado, 12 de enero de 2013

seiscientos once


¿Cuándo consigues aceptar que sus historias nunca van a amanecer en tu almohada o que su sonrisa no estará brillando solo para ti en la acera de enfrente? No me digas que no has pensado ni un segundo en los seiscientos kilómetros que nos separan. Que tu corazón no se ha congelado de pena después de escuchar nuestra canción. Esa pena como aguacero que moja las ventanillas durante el viaje de vuelta; no sé si sabes que ninguno estamos a salvo de los aguaceros si donde llueve es en el corazón. 

  Reduces tu locura de vida en cuatro guiños tontos y dos cervezas. Mis botitas negras se levantan del suelo enganchadas en tu cintura. Y tú volteas mis problemas, aprietas fuerte mi cuerpecito curioso con saber cómo te había tratado la vida. Hablas como si no supieras de qué va todo esto, como si te supiera a poco este mucho que solo tú y yo conocemos. Estallamos una guerra entre lo que no podemos, lo que no debemos y lo que queremos, y llamas de madrugada a la puerta de mi habitación de hotel. La 611, donde te esperan los besos que no se dieron. Los nervios que tú solo me provocas se frotan los ojos, para saber si eres realidad. Los tuyos no paran de contarme que por el norte llueve mucho y que les faltan soles y chicas de ciudad. No sabía hasta entonces todo lo que echaba de menos tu acento, tu pestañeo lento. No sé si fue en tu excusa o en la mía, ni si nos pasamos de la raya porque estábamos con los ojos cerrados... Y los sueños despiertos.

Pero todo eso se queda en una historia sin final, en llorarte cada vez que ponemos carretera de por medio. Y ahora quiero que te quedes con mi mitad, porque tú ya has rellenado el hueco de todo lo que he perdido este año. A cambio, te prometo también ser tu secreto y quererte lejos, pero lo más cerca posible de lo que ninguna te ha querido antes.

Es tan difícil dar algo tan increíble por imposible. 

domingo, 6 de enero de 2013

pausa para cocinar dudas, vuelta y vuelta.


Me vacunaron contra ciertas emociones,
superé hostias y resacas
y aprendí que el que no sufre, machacha;
que el que no apuesta, no gana.

Colgada de esas manos, hice paracaidismo.
Caí arañandole las mejillas
se quedó la pena de puntillas
y yo, jugando con mis abismos.

Pero hoy,
hoy apuesto por una boca,
por sus hoyuelos y mordiscos,
una risa que coloca
y ojos a ratos ariscos.

No sé cómo coño lo hace,
pero espero que
no
deje
de
hacerlo
nunca.
Alcanzamos la tregua, las paces,
hasta los escalofríos en la nuca

Después de mil pasos a ciegas,
después de emociones que niegas,
llegué a un acuerdo con la inercia.
Alcanzamos la tregua, la mezcla.

Quiero decir, mezclamos su bordería
y mis "hoy no me apetece hablarte"
y de ahí salió algo que sorprendía:
un "sé
que
ya
no
quieres
marcharte".