viernes, 10 de mayo de 2019

El saludo de los cuerpos conocidos

- Ey, ¿cómo andas?

- Demasiado rápido, para mis costumbres. ¿Y tú?

- Contando los dedos, para no tocarte. No vaya a ser que los labios vayan por delante.

- Te noto diferente, ¿algún kilo de más?

- La culpa, que me pesa. 

- Vaya, lo siento, pensaba que entrenabas.

- Desde que no estás, cada movimiento es un engorro. Tú, en cambio, estás más delgada.

- Para la libertad, que me eleva.
M.