sábado, 19 de mayo de 2012

THE BEST OF YELLOW SUBMARINE.


“no hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus caderas... ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da. Pero además la he visto seria ser ella misma y en serio que eso no se puede escribir en un poema”

Quedamos, son las ocho, como siempre, da igual que llueva o haga sol. Ella va tan perfecta como de costumbre, yo diría impecable. El verde le sienta muy bien y fliparíais con lo que mola su bolso. Y sus andares y su sonrisa hacen que se respire algo que despierta tus ganas de pasarlo bien. Su pelo, más liso que de costumbre, pero sus ojos igual de increíbles. Acompañada de su risa floja, o no, daba después una calada al cigarro que se consumía entre sus tonterías de siempre, las que me gustan tanto.

Esa persona que el destino había planeado regalarme, o mejor dicho complementarme. Esa vida que se uniría a tu vida desde pequeñitas y formaría ésa historia. NUESTRA HISTORIA. A veces me pregunto qué extraña fuerza de atracción la unió a mí, otras veces doy las gracias de tenerla como amiga y otras solo la miro y me doy cuenta de que lo nuestro ya estaba escrito.

 Música y pecados compartidos y sus consejos que me salvan. Eneros que fueron fríos pero ella fue capaz de calentar, ostias comparables a romperte los dientes, pero que ella fue capaz de amortiguar. Amores, amigos a los que quieres, que pasan y se van. Pero tú y yo y pocas más siempre estamos, ya sabes LAS DE SIEMPRE. Ahora las dos sabemos que tenemos lo que buscábamos, lo que nos merecemos, porque tú no solo mereces la pena, mereces mil cosas más, entre ellas, que esa sonrisa tan bonita se te desgaste de usarla tanto.

Porque en la mayoría de las ocasiones, ella es la sonrisa, es el motivo y el aire fresco que necesito. La que me ve la cara y ya sabe lo que tiene que decir “Luego si lo necesitas hablamos, vale?”. Ella sabe cómo se dividen los nosotras y los tequieros y eso que llaman amistad, lo sabe de sobra y aún mejor. Porque juntas las risas crecen, las tonterías también y los problemas se hacen pequeños y más fáciles.

Todas las noches de sábado y millones de lunes con legañas, cuatro pares de zapatos de fiesta saltando y gritando más alto que la música de fondo, canciones a gritos y ella y su cigarro en la mano alegrándome a conciencia la existencia. Aunque alguna vez se haya ahogado en mis lágrimas, ella siempre estará ahí, valiente y sincera, en el cuento que nunca acaba, donde aún quedan páginas por estropear y muchas otras de experiencias maravillosas que vivir a su lado.




Felices 16. Tequiero, en serio, te quiero muchísimo.


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