sábado, 19 de mayo de 2012

The best of yellow submarine (Part 2)


Nunca había visto a una niña jugar con patos ni tampoco llevar un bolso rojo transparente. Tampoco había visto nunca una sonrisa tan sincera ni un flequillo tan mal cortado, que enamorase tanto como el de ella. Ni una forma tan especial de agarrar el cigarro, ni un submarino amarillo tan grande. Tan enorme que hoy hace 16 años, que llegó como una fiera dispuesta a comerse el mundo y todos los trozos de pizza que la pusieran por delante.

Por que así llegó ella. Inexplicablemente en mi vida un verano que se me antoja tan lejano. De la mano del amor de su vida y con sus convers bajo el vestido azul más alegre que podías imaginar. Y así llegó ella. Inestable, tímida. Y así, poco a poco, fui ganándome su mundo y cada una de sus canciones, sus fotos y hasta su último cigarro. Ya sabes, el del deseo. Y si por desear fuera, no desearía nada más que lo que ya tengo, tiempo contigo y con tus brazos, con tus palabras que me salvan tantas veces del precipicio. Por que sí, tú, Inés, eres especial, rara, distinta, diferente, y es lo que te hace presente en cada uno de mis días. De nuestros días. De nuestros veranos y de nuestras tardes en las escaleras, de nuestros momentos de salvación, de tus filosofías y de las mías, de nuestra forma de entendernos tan a menudo. Y así, conseguí que me quisieras y aún así, para mí es tu mejor regalo y para ti espero que una tarta de mermelada y unas palabras a quemarropa consigan arrancarte una sonrisa y tatuarte mi nombre en la piel. Ya que en cada paso que des, quiero que me lleves contigo. Tanto como si saltas o te caes, como si bailas o te quedas quieta, contigo a tu lado resbalando, levantando, bailando y frenando, pero juntas. Con olor a vida entre las manos, con sabor a indie entre los labios.

Te,te,tequi,tequila.
Te,te,tequi,tequiero. 

M. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario