domingo, 18 de octubre de 2015

entre lineas

Piérdete, piérdeme, pero no lo des por perdido.
Cágala, cabréame, déjame cabrearte.
Pero luego déjame ganarte el partido,
déjame romper el hielo, tu mando, tus botones.
Sácame de casa, de quicio,
de vez en cuando.
Aprecia mi desastre, mi arte,
mis ganas de contarte.
Pero no,
No vengas para quedarte.

Ten ganas de marchar y márchate.
Vuelve una y mil veces.
Pídeme que vuelva yo alguna,
y no te acostumbres a decir que te quedas,
ninguna.
No hipoteques mi mundo,
solo alquílame a plazos el colchon.
Que lo seguro es absurdo,
-y ya no te digo mi idea del amor.

Aguántame.
La mirada, el chaparrón, las cagadas.
Aguanta.
La chapa, las ganas, el tirón.
Y tírame. Tirítame de calor,
antes de que llegue el gélido invierno.
Pero nunca digas lo que piensas.
Escríbeme incógnitas en los hoyuelos,
y sin rodeos.
que nunca sepa lo que quieres,
que no me quieres,
(o no lo sepas).

Ponme lo de siempre, pero que sepa diferente.
Ponme ojitos, ponme a secas.
Que crea que solo quieres un polvo.
Pero sácame a cenar, 
comparte manta si llueve, hazme rabiar.
Hazme creer que soy la más lista
Y luego, déjame mal.
Termina acelerando en mi autopista,
Y crúzame en rojo,
sin mirar.

Sobórnale al tiempo para que pase volando,
nunca estés muy seguro,
ráyate porque esto no va a ninguna parte,
pero guárdate bien
las ganas de besarme.
 Píntame garabatos en el libro que nunca escribiré,
con mi letra de médico.
Invéntate páginas,
arráncame el resto,
no quieras llegar a la última frase.

Pero muérdete de ganas,
Por leerme entre líneas,
entre poemas,
entre mis piernas.

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