Soy feliz, pero me gusta escribir de cosas que no lo son. Para qué quieres escribir de felicidad, si es más efímera incluso que las palabras. Y ya es decir, palabras, que nunca valieron menos que desde que se pueden teclear. O desde que hacen daño. Sin embargo, me gusta escribir de cosas tristes. De sacar astillas del corazón. Escandar decía que cuando ya no puedes hacerte más daño, buscas a alguien que te lo haga. Y supongo que todos necesitamos un sabor amargo, para que lo dulce sepa más dulce. O eso espero.
Por que si no tanta puñalada no me va a salir rentable. Yo misma ya me valgo con mis palabras.
Qué triste es romper con alguien. Y el invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario